El abuelo Pepe fumaba farias y se
ponía un traje gris los domingos. Le llamaba rubia a su nuera, que siempre había
sido morena, y de vez en cuando, cuando recorrer más de 100 km . en coche era viajar,
se iba a pasar unos días con sus nietos.
Cuando salía del colegio y desde
la cima de las escaleras lo veía en la acera de enfrente, la niña corría a su
encuentro y caminaban de la mano de vuelta a casa, orgullosos, en silencio. Para
aquellas visitas inesperadas también se ponía el traje gris, convirtiendo
cualquier día de la semana en domingo. Le gustaba comer chocos con arroz y galletas
Artinata.
El abuelo Pepe era orgulloso y
presumido. Había sido zapatero, conductor de autobús y no sé cuántas cosas más.
A la hora de comer, presidía la mesa y con un nieto a la derecha y otro a la
izquierda, dirigía la conversación e instaba a la abuela a que llenase los
platos una y otra vez. En cuanto terminaba, los niños saltaban de sus sillas
para acercarle la faria y las cerillas y lo observaban fumar. El humo
impregnaba la habitación y perfumaba las sobremesas de aquellos interminables
veranos, grabando para siempre en la tierna memoria infantil el olor y el color
del humo de la faria.
Cuando se hacía matanza y se
llenaba la casa de gente que venía a ayudar, siempre apartaba dos filetes
recién cortados del cerdo para prepararlos en la lareira y sentados frente al
fuego, se buena cuenta de ellos, mitad hambrientos, mitad asustados por el
espectáculo de sangre y hombres faenando, por la banda sonora de chillidos y
cuchillos afilados.
El abuelo Pepe fumaba farias y se
ponía un traje gris los domingos. Caminaba con porte erguido y la mirada
humedecida por la edad y por la certeza de saberse querido.
El abuelo Pepe era mi abuelo. Me acuerdo mucho de él.
Un homenaje a él que me ha hecho emocionarme.
ResponderEliminarGracias. Seguro que algún día tus nietos te recordarán con el mismo cariño.
EliminarQue bonito lo has hecho!, me ha encantado y me gusta mucho como escribes. Siempre entro a leerte pero nunca dejo comentarios, aprendo mucho de ti y te dejaré mi huella a partir de ahora cuando venga. Bicos.
ResponderEliminarAgradezco tu visita y tus palabras. Siempre eres bienvenida, comentes o no, pero con cada comentario sumas puntos para un café ;-)
EliminarMe encanta, es precioso lo que has escrito, tu abuelo estaria emocionado al leerlo.
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