lunes, 7 de noviembre de 2011

Mañana


Al final de un día duro, siempre hay una almohada blanda, y lo que no ha pasado, puede suceder en nuestros sueños, de golpe, en 5 minutos. Sin más.

A veces me acuesto con la certeza de que todo ha ido bien. Otras, me voy a la cama con la esperanza de poder tener esa misma seguridad mañana.

Mañana.

Será otro día. Y probablemente, mejor. Al menos, tengo todo un día para intentarlo.

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