miércoles, 28 de septiembre de 2011

Resaca de mar


Quizás porque durante un largo periodo de mi vida el tiempo sólo pasaba ante el pupitre y los años eran escolares, Septiembre es para mí tan Enero como el primer mes del año. Es una época de comienzos, de nuevas metas y grandes expectativas. Cambiamos de rutina, de estación y de color.

Muy lejos quedan ya esos primeros días de playa en los que el regocijo inicial de sentirme descalza sobre la arena quedaba solapado rápidamente por la fría realidad del traicionero Atlántico. Atrás quedan Julio y Agosto, como un largo pasatiempo con banda sonora original de chancleta. Llegó la hora de acortar la sobremesa y alargar la falda.

El fin del verano conlleva la vuelta de los propósitos que hicimos el primer día del año y que la primavera ha escondido tras las flores. Un Septiembre mochilero y de aterrizaje forzoso avanza cantarín hacia el otoño. He guardado el bikini y sacado la agenda, se va el bronceado y vuelve el colorete al bolso. Y con más ilusión que pena, le digo adiós a Septiembre, el de los hermosos atardeceres, el de la resaca de mar.

4 comentarios:

  1. Jo, qué bonito, Cristina!!!
    Qué lejos se ve ya el verano, verdad?

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  2. Para mí Septiembre siempre, siempre será eso que tan bien describes: el comienzo del año.

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  3. Comienza el decadente otoño, se acortan los días, empiezan las clases, sólo queda un trimestre para conseguir los objetivos de la empresa, en el campo toca cosecha, colecciones por fascículos en los quioscos, renovación de propósitos que nunca se cumplen… Nací en septiembre, séptimo mes que ahora es noveno y siempre triste. No le veo la gracia. Algo bueno tendrá, pero ahora no caigo.

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  4. Mes de estrenos textiles y de las primeras sopas calientes.
    Con eso, me conformo ;-)

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