miércoles, 24 de noviembre de 2010

Normas de convivencia (o Sálvese quien pueda)


Cuando te pasas al menos ocho horas diarias en tu puesto de trabajo, es bastante probable que los acontecimientos que por allí suceden ocupen parte de tu cerebro sin quererlo.

Y es que, al igual que ocurre con tu familia, esto es lo que te ha tocado. Optas a un trabajo, y toda esa gente que son tus futuros colegas de profesión, no están en la lista previa de condiciones. La diferencia con tus padres es que al menos a estos les debes un cierto color de pelo, bastantes platos de canelones, o varios años viviendo en un hotel con la categoría “todo incluido” (uno con más acierto y otros con menos, pero eso es otra historia…)

El caso es que con esta compañía profesional impuesta, me cuesta aceptarlos como parte de mi vida cuando recibo correos electrónicos del tipo:

“Por favor, os recordamos que las máquinas de comida sólida no pueden ser golpeadas ni zarandeadas. La propia máquina tiene un sensor que hace que no se consuma el dinero introducido previamente si no se detecta peso en la bandeja. Además, al haber movido la máquina, el enchufe está aplastado y se encuentra fuera de servicio hasta nueva orden”

“Os rogamos que no utilicéis los baños hasta nuevo aviso. Hay una avería general y la calle está inundada” y al cabo de 15 minutos: “por favor, es muy importante que no uséis los baños hasta nueva orden. Hemos sustituido los carteles de las puertas avisando de la avería general por otros de mayor tamaño y con las letras en color rojo, porque nos están comentando que el otro cartel no estaba siendo atendido y ya han acudido más de 10 personas haciendo caso omiso”

Y tras otras dos horas: “ya podéis utilizar de nuevo los servicios, os recordamos que no debemos tirar objetos en los inodoros, incluido el papel de manos. El atasco estuvo provocado nuevamente por objetos tales como envoltorios plásticos, tapas de bolígrafos, clips, trozos de vasos de café, etc.”

“Ayer por la mañana desapareció nuevamente una bolsa de comida de la sala de descanso. Por favor, el que se haya confundido, que se fije en lo que llevaba dentro y reponga lo antes posible su contenido: un yogur de plátano, un sándwich mixto y una manzana. Asimismo, han desaparecido de la nevera unos yogures de la marca Vitalínea con mermelada de frambuesa y en su lugar han quedado unos con sabor a limón de la marca Lidl”

O sea… ¿tapas de bolígrafos? ¿clips?
¿el que se haya “confundido” de menú? ¿es que no sabemos lo que traemos de casa?


… en lo bueno y en lo malo, ¿hasta que el despido nos separe?


Gracias, Leria, por tu contribución a la causa ;-)

4 comentarios:

  1. Falta mucha educación y sobra mucho "voy a mi bola y me importan los demás un carajo".
    Besitos

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  2. Hay muy poca educación social en este país, espero que la cosa vaya mejorando y así irán sobrando los cartelitos que pululan por todas partes.

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  3. Yo pienso lo mismo, hay muchísima gente que piensa solo en si mismo, y pasan de los demás. A mi me parece increible, pero lo ves en todos los sitios: en el trabajo, conduciendo, en las comunidades de vecinos...

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