Vienes hacia mí silenciosa, con las palmas abiertas y húmedas. Te deslizas a mi alrededor, tapándome los ojos y nublándome la visión. Intento que no me ciegues abriendo y cerrando los ojos con fuerza y sin ninguna esperanza de lograr esquivarte. Mil lunares amarillos inician un seductor baile de piscodelia y purpurina ante mí.
Eres fría y húmeda, como una amante vengativa.
Te veo espesa sobre el mar, como la espuma de un capuccino recién hecho. Te intuyo entre los árboles, como el tutú de una experta bailarina del Bolshoi jugando conmigo al escondite.
Eres fría.
Eres húmeda.
Eres niebla.
qué bonito, por favor!!!
ResponderEliminarUn beso de Leria
Fría, húmeda y niebla. Nunca pensé que dieran esa imagen tan poética.
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ResponderEliminarMe imagino un amanecer otoñal en la montaña sin que apenas se vea la copa de los árboles.Es precioso como lo dices y lo que despiertas en una
ResponderEliminarUfff....Pues a mi me da escalofríos...
ResponderEliminarBesos
Myriam
milcosasmonas.blogspot.com
Muy hermoso, Abril.
ResponderEliminarUn beso
Muy bonito Abril, como siempre.
ResponderEliminarPrfa, mándame un correo que te tengo que contar una cosa, y como soy un poco burriña no me sé el tuyo.