martes, 21 de septiembre de 2010

La gran fiesta desastre

Cada una de su madre, constantemente en desacuerdo y siempre unidas, mis amigas y yo formamos uno de los grupos más heterogéneos y gritones que conozco.





Con la edad que tengo, que no es mucha por cierto, llevo 20 años compartiendo aventuras y desventuras con ellas. Hemos sido estudiantes con uniforme y sin carnet cuya máxima preocupación era saber qué nos pondríamos el sábado para salir. Sus madres me han reñido, hubo novios suyos que me cayeron mal, sus hijos me han conquistado y siempre me han acompañado. Cuando conoces hasta la ropa que tu amiga usa en casa, creo que su categoría comparte frontera con la de hermana. Ellas recuerdan cosas sobre mí que yo he olvidado y consiguen que me sonroje recordando otras que quería olvidar.




El caso es que individualmente, somos estupendas. Pero cuando nos reunimos, muchas menos veces de las que nos gustaría, aunque todo esté a nuestro favor, siempre lo estropeamos y acabamos convirtiendo una simple reunión de amigas en una gran fiesta desastre.


Y es que para empezar, no es tan fácil encontrar una fecha. No todas vivimos en la misma cuidad y con maridos e hijos, la cosa se complica. Encima, que la fecha esté fijada de antemano no garantiza nada. Todo lo contrario. Lo más probable es que sólo la recuerde la única que en principio no podía ir y que cuando nos llame para decir que contemos con ella se encuentra con un “contar contigo, ¿para qué?” al otro lado de la línea.




Luego está el sitio. Solemos quedar para cenar. Entre la que quiere que se permita fumar, la que prefiere comida tradicional, la que pide conocer sitios nuevos y la que se niega a mover el coche, no hay quien dé con un sitio. Lo más gracioso es que cuando hemos decidido fecha y sitio, polemizamos con la hora, nos damos cuenta de que no hemos avisado a alguien y dos días antes, alguna se pone mala. No hay manera.


Realmente, es un alivio cuando por fin me siento ante la mesa con ellas, veo sus caras sonrientes y comenzamos a hablar todas a la vez, para variar. Ha merecido la pena llegar a la meta, a pesar de lo dura que ha sido la carrera. Eso sí, que nadie celebre el título. Acaban de traer el menú y la liaremos de nuevo… ¿Pedimos algo para picar? ¿Alguien comparte un primero conmigo? ¿Un plato para cada una?



Qué desastre…

8 comentarios:

  1. Estimada Abril, la verdad es que eres afortunada por tener un "grupo" de amigas.
    Alguien, para mi bastante sabio, me dijo que quién tiene un amigo tiene un tesoro, quien tiene dos ya roza la utopía, pero que 3 ó más es imposible.
    Con esto no pongo en duda que entre vosotras lo seáis, pero desde luego por mi experiencia personal, creo que mi "conocido" tenía razón, realmente no sé si tengo verdaderos amigos, amigos que siempre estén ahí y que no te fallen, ¿pero que no te fallen pase lo que pase!.
    Por otro lado, y por mi experiencia universitaria, creo que os lleváis tan bien porque nunca habéis convivido (o eso creo), porque en un piso de "estudiantas" al principio todo es maravilloso, pero al final de curso acaban a trompadas unas con otras, y además con una virulencia y un rencor que no suele darse entre los estudiantes del género masculino.
    ¿Será verdad que somos especies diferentes o simplemente que unos somos de Venus y otros de Marte? Simplemente, una de las míticas dudas existenciales....
    Enhorabuena por tu blog.

    ResponderEliminar
  2. Yo estoy segura de que tengo amigos. Lo que ocurre es que ni los cuento ni necesito ponerlos a prueba ;-)

    ResponderEliminar
  3. ¿POR QUÉ SERÁ QUE ESTA HISTORIA ME SUENA TANTO?
    Pero...¿a qué es divertido?

    ResponderEliminar
  4. No sé si te pasa a ti, pero para mí lo peor de todo es que después de tanto esfuerzo para organizar la reunión y tanto esfuerzo para acudir a la cita, el tiempo se me pasa volando. Vamos saltando de un tema a otro, tan rápido, que al final tengo la sensación de que han quedado muchas cosas que comentar y otras tantas que cotillear. Qué rabia!!

    ResponderEliminar
  5. Ah, ¿pero habláis? Nosotras también, pero todas a la vez ;-)

    Quizás la próxima vez....

    ResponderEliminar
  6. Me partooooo, pero me encantaría hacer eso algún día con mis amigas. Tienes mucha suerte Abril¡¡¡¡ sé q lo sabes

    ResponderEliminar
  7. Ainsssss...como añoro esas reuniones de amigas, ahora cada vez es más complicado quedar porque con maridos, niños y además varias vivimos fuera...pero eso si, cuando nos reunimos ¡es la bomba¡ no paramos de reirnos, y de recordar aventuras, vacaciones todas juntas...

    Muac

    Myriam

    ResponderEliminar
  8. Jaja, me ha encantado que esta entrada la etiquetes como "petardas". Si es que es verdad, nuestras amigas muchas veces lo son. Todas lo somos.

    Muas

    ResponderEliminar