martes, 17 de julio de 2012

Trabajos forzados


Source: piccsy.com via Aoife on Pinterest

Con un lápiz en la mano y un papel en blanco delante, podría escribir sobre cualquier cosa y conseguir protagonizar historias que de otro modo, jamás viviría. Podría situarme con una sola palabra en un lugar lejano, exótico y maravilloso. Allí sería una mujer de una belleza extraordinaria, propietaria de una pequeña finca junto al mar donde pasaría el día recibiendo y despidiendo a variopintos personajes que me encontrasen fascinante. Nadie sabría la auténtica historia de mi vida, la naturaleza de mi carácter real ni el origen de mi familia. Todos los que me adulan y envidian desconocerían cómo había ido a parar tan lejos de mi verdadera casa. Sería una mujer bella, fascinante y también misteriosa.
Con una sola palabra. Luego vendrían más. Unidas en frases, oraciones y párrafos, mi historia se iría desgranando sobre la página, dando pasos hacia adelante y atrás con la elegancia de un bailarín. Un microcuento, un relato, tal vez una novela… ¿Por qué no?
Yo podría ser esa mujer. Y sin embargo, me siento con un lápiz en la mano y un papel en blanco delante y no puedo olvidar quién soy, dónde estoy ni de dónde vengo. Sin olvidar, no consigo inventar. Y sin memoria, no hay historia. Estoy condenada a trabajos forzados. Eso si, mañana mismo podría irme a vivir a Cerghia y recibir y despedir a los invitados a mis fiestas con una sonrisa enigmática. Nadie sabría la auténtica historia de mi vida, la naturaleza de mi carácter ni el origen de mi familia. Ya puestos, la finca junto al mar, qería grande. Toda la isla podría pertenecerme. Con una sola palabra.

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