viernes, 17 de junio de 2011

El efecto yo-yo





Hay personas a las que las vidas ajenas sólo les sirven de excusa para contar la suya propia. Gente con nombre y apellidos, hombres y mujeres para los que todas las frases comienzan con la palabra “yo” y que rematan la mayoría de las conversaciones con un “Te tengo que dejar, que tengo prisa”.

En algunas ocasiones, el efecto yo-yo pierde temporalmente algo de fuerza y en medio de su verborrea ególatra, nos preguntan de manera condescendiente por algo que pasó hace meses o que nunca llegó a ocurrir. El súbito cambio de perspectiva nos deja perplejos y tras rebuscar en nuestra memoria y balbucear una respuesta a medias, se despiden de manera abrupta de nosotros, dejándonos con la palabra en la boca y la mente ocupada con una relación de datos que en el mejor de los casos, nos importan un bledo.

“A ver si otro día charlamos con más calma”.

Eso, a ver si otro día me cuentas algo, que apenas hablas de tu vida, no te fastidia…

6 comentarios:

  1. jaja muy bueno Abril y no te falta razón,hay mucha gente así.besazos

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  2. Pues sí, cuánta razon...Feliz fin de semana.

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  3. Narcisos hay bastantes, y tienen diferentes estilos. Estos son pesadísimos, desde luego. Un beso

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  4. Yo aprovecho esos momentos para hacer una de mis famosas listas mentales mientras sonrío.

    Qué ficharé con Abril para la próxima shopping session, qué podría comer durante la semana que viene, qué alimentos llevaré para mi próxima cita con el alergólogo, qué ropa dejo en calidad de herencias...

    Siempre hay tiempo para hacer cosas útiles :-)

    Besos de Leria

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  5. Hola , pues si , a mi taambién.....
    Si es verdad que hay algunas personas asi que tienen mucho yo y poco tú.
    No han aprendido que la única forma de que crezca el yo es en el tú (tuyoseando)
    Un beso

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  6. Tal cual como la vida misma....
    Ahí la has dao!!

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