viernes, 27 de mayo de 2011

La salida equivocada




Lentamente, colocó el sombrero en el banco que había a la izquierda, dispuesto a pasar toda la tarde esperando. Observó las idas y venidas de todos los viajeros que atestaban la estación. Era martes y si se apresuraba, conseguiría llegar a casa todavía con sol y a tiempo de ver las noticias.

Por un instante, alejó la vista del reloj de la estación y la fijó en una mujer casi sin cuello que dormitaba a su lado, agarrando la maleta, como si fuera una tortuga. A eso de las once y cuarto, oyó anunciar el retraso del tren que estaba esperando así que recogió su sombrero, se despidió con la mirada de la mujer tortuga y arrastrando los pies, se acercó al mostrador de información.

Ante lo impreciso de las respuestas, se dejó arrastrar por la gente hacia la salida equivocada, y sin saber muy bien a dónde se dirigía, abandonó la estación con el sonido de las puertas automáticas despidiéndose con un suspiro al cerrarse tras él. Pisándole los talones, caminaban dos hombres de uniforme, intentando no perderlo de vista mientras ascendían la escalera mecánica y, apurando el paso, salieron tras él.

En la acera fue fácil descubrirlo, y lo alcanzaron en el número 8 de su calle, ante el portal en el que un día vivió, en bata y con sombrero, tembloroso y desorientado. Acababa de recordar en un rapto de lucidez, que el tren que esperaba, había cancelado su llegada hacía muchos años y que la historia de la vida que inventó, no era tal y como creía recordarla.

- Chicos, ¿qué tenemos hoy de cenar?, preguntó a los dos enfermeros.
- Crema de zanahorias, don Jesús.
- Pues vamos, no sea que se enfríe.

7 comentarios:

  1. Porque nos encanta como escribes y PORQUE SI, tienes un premio en nuestro blog.
    BESOS

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  2. Resulta tan fácil y tan entrañable leerte que conviertes lectura en placer.
    Un beso

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  3. Suelo ser muy miedosa para todo, hipocondríaca e indecisa. Y no sé qué me aterra más de mi futura vejez... el posible dolor físico que pueda padecer, o verme atrapada por el olvido de todos mis seres queridos.

    Alzheimer, qué castigo más cruel.

    Por eso os digo a todos los que me ayudais, me haceis reír y me dais vuestro cariño, que os quiero.

    Os adjunto una iniciativa que me parece preciosa; por si quereis participar.

    http://www.bancoderecuerdos.es/

    Leira

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  4. Me ha encantado Cris,
    Un besote enorme y buen finde.

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  5. ¡Qué bonito haces hasta un tema tan espinoso como el de la senectud y sus consecuencias!

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  6. Es increible que un tema que puede ser doloroso,leyéndolo como tú lo escribes llegue a inspirar tanta ternura

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  7. Me encanta leerte, que bien lo haces. Que tierno, que bonito y que triste.
    Besos
    Myriam

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