miércoles, 18 de agosto de 2010

De la cuna a la tumba

Había pasado la noche agonizando por culpa de un dolor que, intenso e intermitente, había ido mitigándose hasta desaparecer del todo, dejándola sudorosa, confusa y cansada. El resultado de aquella pesadilla era un varón con la piel de una pasa y ciertamente amoratado que en ese preciso instante, succionaba con avidez de su pecho izquierdo.

Y ahora ¿qué? – se preguntaba una y otra vez.

Ahora se ha terminado. Mañana comienza todo.

1 comentario:

  1. ¡ Qué emotivo, CRISTINA, se me acaban de pone los pelos de punta y llenado los ojos de lágrimas !
    BESOSSSSSSSSSS

    ResponderEliminar