El otro día pillé al Sr. Cuco en la barra de una cafetería pidiéndole un chupa-chups al camarero.
Lo saqué de allí un poco avergonzada y de camino a casa, le expliqué por qué no podía repetir lo que acababa de hacer. Le hablé de la importancia de pedir las cosas, del valor del dinero y del daño que hace el azúcar a los dientes. Todo ello en 5 minutos, conduciendo y observándolo por el espejo retrovisor.
Tras una breve pausa, muy serio, me contestó:
llevas eazón, as´quien echa una bronca...
ResponderEliminarEstoy contigo, Cuco: los calamardos no son de fiar, no conocen el valor del dinero y no distinguen la sal del azúcar. Cuando quieras un chupa, mejor se lo pides al ENCAGADO (señor que ha recibido algún encago o tiene algo a su cago, según JL Coll).
ResponderEliminarJaja, ¿y no te entro la risa?
ResponderEliminarPor cierto el otro día cuando estaba con mis enanos en una librería, derrepente vi el libro de los amantes mariposa, me acorde de ti y allí me fui, que pasaaaaada de bonito, las ilustraciones preciosas y la historia maravilooooosa.
Besos
Myriam
¡ Me como al Sr. CUCO, que me lo traiga ahora mismo el calamardo en una bandeja y le hinco el diente !
ResponderEliminarEs total.....
MUAAAAAAAAAAAC