Había pasado la noche agonizando por culpa de un dolor que, intenso e intermitente, había ido mitigándose hasta desaparecer del todo, dejándola sudorosa, confusa y cansada. El resultado de aquella pesadilla era un varón con la piel de una pasa y ciertamente amoratado que en ese preciso instante, succionaba con avidez de su pecho izquierdo.
Y ahora ¿qué? – se preguntaba una y otra vez.
Ahora se ha terminado. Mañana comienza todo.
Y ahora ¿qué? – se preguntaba una y otra vez.
Ahora se ha terminado. Mañana comienza todo.
¡ Qué emotivo, CRISTINA, se me acaban de pone los pelos de punta y llenado los ojos de lágrimas !
ResponderEliminarBESOSSSSSSSSSS