viernes, 28 de octubre de 2011

Hungry heart

Everybody needs a place to rest
Everybody wants to have a home
Don't make no difference what nobody says
Aint nobody like to be alone

martes, 25 de octubre de 2011

Rubor de madre


"Eres guapísima de los ojos"

Es el mejor piropo que me he recibido en mi vida.

Lo juro.

domingo, 23 de octubre de 2011

Las fases



He demostrado que soy perfectamente capaz de gestar y dar a luz a un bebé. Con mucha ayuda, pero he podido hacerlo. Sin embargo, la maternidad está resultando terriblemente complicada. Hago, digo y pienso cosas que no esperaba. Nadie te prepara para esto. Y así voy, a trompicones, aprendiendo sobre la marcha, en el mejor de los casos.


Lo que llevo peor es no saber por qué ocurren ciertas cosas. Y al no saber el motivo, no me resulta fácil afrontarlas, atajarlas o solucionarlas. Las madres experimentadas a las que recurro y consulto lo resuelven fácilmente. “Son fases", afirman.


Pues bien, digamos que mi hijo está ahora en la fase CANÍBAL. Vamos, que se come todo lo que no alimenta. Ha pasado de comerse los mocos a comerse las uñas. Y si hay que pegarle un bocado a algún humano, pues también. Adorable. Eso sí, no hay quien le haga tragarse una pieza de fruta entera.


Esto es como cuando se despertaba 10 veces cada noche entre la 1 y las 6 de la mañana. Vamos, la fase AQUÍ SI NO DUERMO YO, NO DUERME NI DIOS. “Espera que vaya a la guarde”, me consolaban. Y sí, es cierto, que empezó la guarde y cambió la cosa... a peor. Además de despertarse cada noche, madrugaba cada día. “Ya verás como el cole le cansa”, fue lo siguiente que escuché. Efectivamente, le cansa. De lunes a viernes. Tan cansado está que tengo que despertarlo para ir al cole. Pero el sábado y domingo sigue en “fase guarde” y madruga. Qué majo, para no cambiarnos el ritmo bruscamente.


Con el cole, ha venido la fase MALA Y TONTA. Así, gratuitamente. Le preparas el zumo y te llama mala. Pero si hasta te lo he colado, desgraciado. Y le das un beso de buenas noches y eres tonta, con alegría, como si te estuviera dedicando un soneto. Será la fase “comparto patio”.


Ya ni lo consulto. Lo tengo claro. Los niños pasan por fases. De una mala, a una peor. Y los padres, a verlos crecer.


¿Qué fase vendrá ahora?


martes, 18 de octubre de 2011

viernes, 14 de octubre de 2011

En el río


Con un puñado de frambuesas en la mano y el sol tostándole las pecas, se sentía invencible.

Apuró el paso para llegar el primero al río, dando golpes alegres a todas las piedras que encontraba en el camino. Sin dejar de silbar una tonadilla inventada, se entretuvo lanzando piedras al agua que los remolinos engullían. Impaciente, decidió sentarse a esperar en un tronco, dándole la espalda a la parte más mansa del río y balanceando sus arañadas piernas con creciente nerviosismo.

Poco a poco fueron llegando en pequeños grupos. Precedidas por sus animadas charlas, las niñas del pueblo iban despojándose de sus floreados vestidos veraniegos y los colocaban a la sombra de algún abedul. Entre risas, se iban acercando tímidamente al agua, metiendo sólo la punta de los pies, sin dejar de reír y gritar, sin ni siquiera mirarlo. Y en cuanto sus amigos lo llamaban para que cruzase a la otra orilla, comenzaba el baile.

Las niñas seguían en grupo, en constante movimiento, jugando a salpicarse y empujarse, coqueteando con el agua y la eternidad. Ellos entraban en tropel, derrochando energía y haciendo con sus cabriolas que las niñas los mirasen disimuladamente. Seguían embobados todos sus movimientos, enmudecidos ante la visión de sus incipientes pechos.

Adela, la capitana, que tenía más vello en las piernas que cualquiera de ellos, dirigía los juegos de las chicas y aunque fingía aborrecerlo, lo dejaba escoltarla hasta el bosque y observarla mientras se cambiaba de ropa.

Aquellos veranos en los que la pubertad se abría camino cambiándole el cuerpo, la voz y las prioridades, Josete comprendió que no hay mejor amigo que el que te ha visto sin dientes y que no hay mayor verdad que la que se esconde tras los arbustos.

martes, 11 de octubre de 2011

Me gusta cuando callas



Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



Pablo Neruda, Poema XV del libro "Veinte poemas de amor y una canción despesperada".

martes, 4 de octubre de 2011

sábado, 1 de octubre de 2011

El Arca de Noé




A punto de terminar el día, ya en cama y con la luz apagada, el Sr. Cuco me espeta sin previo aviso y sin venir a cuento:


- Mamá, los gatos no llevan correa pero los perros sí.


Sin muchas ganas ya de hacer ningún tipo de alegato sobre la libertad, le doy la razón y le doy otro beso de buenas noches, dando la charla por terminada.


Pero continua...


- Los leones tampoco van atados.


- No, cariño.


- Los tigres tampoco van atados.


- Tampoco.


- Ni los osos.


- No, los osos tampoco.


- Ni los cocodrilos.


- No, Cuco, los cocodrilos tampoco.


- Sólo los perros.


- Eso, sólo los perros, buenas noches.


- Los elefantes tampoco van atados.


- Ponte a dormir, Cuco...



Qué listos son. Aún no tiene cuatro años y ya me lía. Lo veo regateando la hora de llegada a casa o la paga semanal. Aún se da paga, ¿no?